miércoles, 7 de julio de 2010

Patricio Pron recomienda mi traducción en El Boomeran(g)

Con el título Dos intraducibles, traducidos, el escritor argentino Patricio Pron comenta el libro “Estela de Finnegan” en su espacio de El Boomeran(g), blog literario desarrollado con el auspicio del periódico español El País.
Unos días atrás hablábamos de ese tipo de literatura que llamamos la traducción. Quizás valga la pena pues reseñar dos traducciones recientes que consideramos pequeños pero auténticos hallazgos.
La primera es la de Finnegans Wake, el extraordinario texto de James Joyce que habitualmente es considerado intraducible por la crítica. No se trata sólo de que, como muchos otros textos, el Finnegans esté repleto de juegos de palabras, chistes de difícil traducción, arcaísmos, palabras inventadas y voces deformadas: se trata de que el Finnegans "es" solamente esas cosas (a las que deben sumarse cientos de palabras procedentes de otras tantas lenguas y un tema que, por esta razón, resulta casi impenetrable). A modo de ejemplo de su complejidad, puede citarse un párrafo de su primera página:
Sir [Almeric] Tristram [Tristán], violamores, de sobr'el mar angosto, había no todavía [pasadotravez] vueltoarrivar desde North Armorica a este lado del raquítico istmo de Europa Menor par'empuñapelear su penisaislada guerra: ni [había] habido piedras de [jonathan] altósawyer por el riachuelo Oconee exageradas ellasmismás hasta [ser] gorgios del condado de Laurens mientras fueron dubliando su númer todo el tiempo: ni unavoz de unfuego [había] bramadicho mishe mishe [yo(soy)yo] para babautizar túerespetricio no todavía, aunque muipronto después, habí'un chicadete culacabado [a] un soso viejo isaac [butt]: no todavía, aunque todo se vale en vanaldad, fueron envueltas [seducidas] hermanas sosias iracundas con dosún nathanyjoe [jonathan (swift)]. [Al] Pudrir una pizca de la malta de pá' había Jhem o Shen hecho cerveza por luzarco y al final del [puente] rory el arcoiris [cimarreina] estaba para ser vistos algunosanillos sobre la caragua.
Quien haya pensado alguna vez que el Ulysses era un libro de difícil lectura puede regresar ahora a sus páginas con el convencimiento de encontrarse casi ante un texto para niños. De algún modo, el Finnegans es lo más parecido a una escritura sobre nada, a un texto que es él mismo silencio. Mientras que la editorial Houyhnhnm Press ha publicado en marzo de este año en colaboración con Penguin una edición "críticamente enmendada" editada por Danis Rose y John O'Hanlon, la edición española de la obra (publicada por Lumen en 1993, en traducción de Víctor Pozanco) se encuentra agotada. Me dicen que será reeditada en breve pero, mientras tanto, los lectores que deseen acercarse al texto pueden encontrar un meritorio esfuerzo de traducción aquí.
Se trata de la traducción del primer capítulo de la obra, realizada por iniciativa propia por el poeta mexicano J. D. Victoria. En mi opinión, la traducción es buena (aunque desde luego, y por el tipo de texto que es elFinnegans, los criterios para determinar si una traducción es buena o no lo es no tienen validez alguna aquí), pero lo interesante es que se trata de un esfuerzo personal, surgido del amor de un lector por un texto y de su deseo de compartir ese texto con otros lectores, y no el resultado de un encargo editorial; es decir, una actividad esencialmente antieconómica.
Maravillosamente resuelta está también otra traducción reciente de un texto considerado imposible de traducir. Se trata de la que hace el poeta y crítico mexicano Julio Trujillo del poema de Lewis Carroll "Jabberwocky" (aquí). Además de repasar brevemente las traducciones previas al español, Trujillo evoca la discusión entre Alicia y el lúcido Humpty Dumpty y, acertadamente, extrae de ella una poética para fundamentar sus elecciones como traductor. El resultado es "El Baraúndo", un poema que, como todas las muy buenas traducciones, es autónomo y al mismo tiempo tiene una relación directa con otro texto que lo precede. Vale la pena prestar atención al pequeño ensayo que acompaña la traducción de Trujillo.

viernes, 2 de julio de 2010

El Conde y la Pirata

Era de una noche, tarde, hace mucho tiempo [sea ido], en una edad de piedrantigua, cuando Adán ‘taba escarbando [en dublín] y su madamita revolcando sedimentos [hilando sedas], cuandœl reyombre demontrenoche era cadamatón [cualquiera] y el primer verdadero robaœ costilla leal amalrío que siempre tuvo su propio camino de cualquier forma siempre la tuvo cual quiera colega también sus amorojos y todos [en arrumacos] vivieron [solos] en amorríos con todas las [demás] biddy, y Jarl van Hoother [Cond’e Howth (cachondo)] había quemado su importante cabeza [levantada] en su faro, imponiéndose [las] manos frías en sí mismo. Y sus dos gemelitos, primos denos otros, [tristél] Tristopher y [lalegre (colina)] Hilary [ríann en la tristeza], estuvieron [largo rato] esperando su [copia] chupete en el parqué aceitoso de sangre coagulada [l’antesala] de su hogarreal, castillo y entierras de la casa. Y, por [la palabra de] dermot, quién viene a lejarlo de su pecado [& sacarlo de su posada] sólo lasuya sobrina-poli-tic-a, la [reina] pránganna [bromista (de mandil)]. Y la [reina] pránganna [bromista (de mandil)] tiró de una rosa [hizo su ocurrencia ingeniosa] y s’hizo de las aguas [& la hizo esperar (mojada)] enfrentad’al adusto [de la puerta]. Y ella s’encendió eirlanda [tierræ fuego] estuvo en llamas. Y le habló al adusto [de la puerta] en su pequeño [acento] parisino [con gran cuidado]: Fíjaten [ellos] los [Unos] Pálidos [una vez], ¿por qué parezco que quiero un pase de portero complacido? [¿por qué parezco una poseedora de portachícharos?] Y así fue como las trifulcas [de la faldona] comenzaron. Pero el adusto [de la puerta] respondió [con la mano] a su gracia en holandés [de Nassau] nunca visto: ¡Cerrado! [¡Cállate! ¡Mierda!] Desta manera su gracia de malicia [Grace O'Malley] secuestró [de súbito] al gemelo Tristopher y hacia el desiertumbrío viejœste [donde reina] ella corrió, corrió & se corrió [como lluvia]. Y Jarl van Hoother [Cond’e Howth (cachondo)] se comunicó [sin bronca] porradio [deguerra] después della con suave zureo [en danés]: Paraa [sorda] ladronaa aalto regresaa mirlandaa [mioído] paraa [que teoiga]. Perœlla le injurió [como respuesta]: Improbablemente. Yubo unuevo aullido de Granuaile [como Bran] esa misma noche [de sabbatho] d’ejércitos de ángeles [anglos] caídos [enángulos] enalgún lugar [en lana] en Eria [en Eire]. Y la [reina] pránganna [bromista (de mandil)] se fue a su paseo de cuarentaños en Vueltalmundo y lavó las [hirientes] bendiciones [manchas] de los aprietos de amor del gemelo con jabón mancill’a gulliver quespuma burbujas y ella tuvo sus cuatro [(viejos) contrabandistas] maestros avios [búhos] para enseñarle [& sumergirlo] en sus trucos [& tocarle sus cosquillas] y lo convirtió al unosolo [inseguro] diosalá [todo bondad] yél llegó a ser un luderano [prostituto]. Entonces ella comenzó a correr y correrse [como lluvia] y, por [la] tumbarroja [de dermot], eyæstaba devuelta otravez en lo de Jarl van Hoother [Cond’e Howth (cachondo)] enun par de [veranos] semejantes [dentro deunos pantalones] yel gemelo conella [con su pene frondoso (al frente)] y su delantal, con encaje de noche [tarde], enotro momento. Y adónde vinœlla sino a la [puerta] barrera [barra (de bar)] de su bristolidad. Y Jarl von Hoother [Cond’e Howth (cachondo)] tuvo alivio a sus descalzos talones magullados de labrador [& sus males de bartolomerido] ahogados en su [panza] bodega de malta, chocando manos tibias consigo mismo y la gemela Hilary & el copia en su primer encaprichamiento [en su primera infancia] estuvieron bajo la sábana de lágrimas [& queridos], estrujándose [luchando] y tosiendo, como hermano y hermana que son & él está ahí. Y la [reina] pránganna [bromista] pellizcó a un [gemelo] pálido [como rosa blanca] y se prendió travez y [soldados] casacas rojas [como gallos] volaron aleteando [& parpadeando] desde las crestas de los montes. Yellizo de las aguas & s’hizo más ingeniosa en parloteo delante del perverso [del portillo], diciendo: Fíjaten [ellos] los Dos [gemelos] & en Ti [dos veces], ¿por qué parezco que me gustaría posar de [nana] portachícharos [portapaz]? Y: ¡Cerrado! [¡Cállate! ¡Mierda!] dicel perverso [del portillo], respondiendo [con la mano] a su majestad [enojada]. Entonces su majestad [enojada] con premeditación dejun gemelo y tomuna gemela y todos los caminos [lilitputenses] de lirio a Tierræ Nadie [de la Mujer (Perdición del Hombre)] ella corrió, corrió & se corrió [como lluvia]. Y Jarl von Hoother [Cond’e Howth (cachondo)] farfulló [su queja] tosigado porella conun sonoro torrenten [noruego] fingalés [(de) fino gaelés]: Paraa mudaestúpidaa paraa regresa con miarete [a mi condado (en irlanda)] paraa. Pero la [reina] pránganna [bromista] le injurió [como respuesta]: Mestá gustando. Yubo [de nuevo] un viejo aullido salvaje de [abuelita] Granuaile [como Gráinne] aquella noche lorenza de tirœstrellados en algún lugar en Eria [en Eire]. Y la [reina] pránganna [bromista] se fue a su paseo de cuarentaños en Vueltalmismo y puñeteó las maldiciones & perforó los cursos al corazón del cruel [como cromwell] con l’uña de una punta [de un clavo] dentro de la gemela y tuvœlla sus cuatro institutrices de bromas [como alondras fársicas] para tocarle sus desgarres & lágimas [al conde] y ella lo pervirtió & llevó a probar al único cierto [incierto] alásegura yél llegó a ser un tristiano [como tristán]. Asientonces ellempezó a correr & correrse, yenun par de cambios [derropa & destación], maldita seahí, eyæstaba devuelta otravez en lo de Jarl van Hoother [Cond’e Howth (cachondo)] y [Hilary] la colina de [los] Lawrence conella bajo su delantal. Y ¿por quella se detendría del todo si no por el guardia de su mansión de l’otra tarde noche de lindœncaje para la tercera vencida? Y [(el) Cond’e Howth (cachondo)] Jarl von Hoother [comun huracán] tuvo sus apuradas caderas arriba [parir] hacia su caseta [decentinela] de la despensa, rumiando en sus cuatro estómagos [como bodegas de barco] (¡Deprisa! [¡Atrévete! ¡Oh atrévete!] ¡Querida! ¡Oh querida!), y [comormigas] el gemelo Tristopher [más duro que los árboles] y la copia [Hilary] estaban debajo de la tela de agua [del llanto] & amándose en el baño, besándose [babeando] y escupiendo, y sonrojándose [arando] y besuqueando, como [san patricio] villano miserable y [santa brígida] novia ingenua y en su segundo encaprichamiento [en su segunda infancia]. Y la [reina] pránganna [bromista (de mandil)] cogió a uno de los blancos y se apagó [su furia] y los valles quedaron titilando [gemelamente]. Yellizo su ocurrencia más ingeniosa [& mojada] al parlotear al frente de l’arcada de triunfo [de tres jorobas], preguntando: Fíjaten [ellos] el trío [de nosotros] & [especialmente] en Tris[topher] tres veces, ¿por qué soyo quien parece que quiere tres potes de cerveza por favor? Pero de aquella manera fue como las trifulcas [& faldas] acabaron [subidas]. Por como vienen las bellezas del campo [(como) hijos (afeminados) del jefen labataya] conun tridente de rayo [& un vistazo de iluminación], Jarl von Hoother [Cond’e Howth (cachondo)] se nombró Boanerges [hijo del trueno] él mismo, el viejo terror de las damas [& los daneses], salió [aplaudiendo &] meneando las caderas a brincos [comun minusválido] encarrera través de l’arcadabierta a pica de sus tres castillos cerrados [en sutton], en animada cachondez con suancho sombrero pelirrojo [de bebedor de ginebra] y su cólera cívica [& su collar de ciudadano] y sobreactuando su afición alá sin su camisa marrón [con dobladillo] y fanfarroneando comun toro con sus medias [de balbriggan] y guantes [de sajón] y sus pantalones [rotos] de [tío sin plata] corredor de apuestas [como (ragnar) lodbrok] y su bandolera de sedal [de kattegat] & su tripa de gato empalmada’l aire y sus [afamadas] botas de goma [de combate (en la guerra peninsular)] de pelos [como hilos] entramados [con lanzadera] & sus barriles [de semen] de venidas en [sus] paños comun rudo & rubicundo protestante anglófilo irlandés enojado [con preocupación] que grita y se queja [en su violenta indignación] en su nación violetæ índigo, en todo lo extenso de lo intenso de su bilis de arquero [como strongbow] conuna cuenta [por saldar]. Yél [al trote] aplaudió & cortó su obscena mano derecha para su tranquilidad como contratiempo yél cagordenó & dijo [como zorzal] y su denso parlamento pronunciado [(como) ebrio] parella que se calle & cerrar el negocio, pulcramente. Y el ingenuo [embromado] tiró el golpe de cierre (¡Perkodhuskurunbarggruauyagokgorlayorgromgremmitghundhurthrumathunaradidillifaititillibumullunukkunun!) Y todos ellos bebieron [cerveza] con libertad. Par’uno un hombre en su armadura fue siempre un buen partido del destino & una mala partida para cualquiera de las chicas en camiseta & delantal. Y aquella fue la primera paz [con cerveza] de portería iletrada [pieza de poesía aliterada] en todo aquel flamante mundo plano fatuo & sangriento de tierra inundada & fuego apagado a flatos. Con cuánto aprecio el portero masón hizuna dulce apertura a la captora colmilluda [(como) Narval] & al capital Noruego. Visto lo anterior estarás [como] perdido [en el mar muerto]. [Tan lejos (hastaquí) verás.] Les apuesto una cerveza [entre ustedes y yo]. La [reina] pránganna [bromista (de mandil)] estaba para conservar su idiotez & retener [en] su barco de prueba ala copia [imbécil] oveja [de alá] y la gemela estaba para mantener la oleada de paz & el saludo [del adiós] al paso y van Hoother [cachón do Howth] estaba para recibir la chanza [& meter el miedo] propiciar el viento & concluir [la historia]. Deste modo la [obediencia] facultad del ciudadano [burgués o plebeyo] descuchar algunos hombres hace feliz a toda la política [de la ciudad].

Publicado el 1 de julio en el periódico español La Razón.

Reportaje de Javier Ors en La Razón


El «Finnegans Wake» sigue siendo el reto de las editoriales españolas, que no se atreven a abordar la traducción de esta obra, jamás publicada íntegramente en castellano / La editorial Lumen reeditará en otoño el «Ulises»
Se puede adaptar, imitar, reinterpretar, quizá, con suerte, versionar o emular, pero nunca traducir. Su nombre: «Finnegans Wake», un libro imposible de encontrar en castellano en ninguna librería. Tanto en España como en Iberoamérica. Sólo ha existido un intento de acercarlo a los más de 450 millones de hispanohablantes. Fue una edición parcial, no completa. Un «experimiento», como lo definió Esther Tusquets al recordar esos días, en la editorial Lumen, que entonces dirígia ella. Corría el año 1993 y el trabajo de vertir la polémica obra de Joyce a nuestra lengua le correspondió a Víctor Pozanco.
El volumen, hoy, está agotado. En Iberlibro se puede encontrar el que, probablemente, será el único ejemplar que todavía queda disponible, para los coleccionistas, de la tirada. Está en Alicante. Su precio, 95,42 euros. El resultado del proyecto fue recibido con frialdad y algunas críticas. A su favor, que ha sido la única ocasión en la que se ha emprendido la digna labor de aproximar a nuestra cultura un texto tan complejo y fundamental. «Ya habíamos publicado lo demás de este escritor. Solamente nos quedaba este libro. Recuerdo que José María Valverde [uno de los tres traductores de “Ulises” en España] rechazó involucrarse en este plan. Me hizo gracia porque tampoco quiso participar en la publicación de las cartas que Joyce compartió con Nora por razones morales. Pozanco sí aceptó», explica Esther Tusquets.
¿Pero es traducible?
Asegura un dicho: para traducir el «Finnegans Wake», primero hay que traducirlo al inglés. Borges señaló, al referirse a esta obra, que no leía borradores. Controvertida y mítica, esta novela se ha convertido en el caballo de batalla de la industria editorial. Existen traducciones de capítulos sueltos. Cátedra ha publicado, a cargo de Francisco Garcia Tortosa, el capítulo VIII encabezado con el título «Anna Livia Plurabelle». Nada más en nuestro país. Juan Díaz Victoria, desde la otra orilla del Atlántico, está enfrentándose al desafío. En su versión está castellanizándolo todo. Los resultados se pueden consultar en internet. Según traduce, cuelga en su blog parte de sus esfuerzos.
¿Pero merece la pena?
«Sí tiene sentido editarlo en español. Es el autor más importante del siglo XX. Hay que saber que saldrá una obra diferente –dice Eduardo Lago, novelista y director del Instituto Cervantes de Nueva York–. Sería una empresa enorme y los resultados serían dudosos. Se necesitaría un equipo de traductores.». Para el escritor Agustín García Calvo, traductor de Shakespeare, «sería realmente interesante».
Según dice Andreu Jaume, editor de Lumen, el sello que en otoño reeditará el «Ulises» de Valverde, «no hay motivo para no traducirlo. Habría que encontrar a un buenísmo traductor o un equipo. Tengo dudas sobre el resultado. Es casi imposible reinterpretar todo ese lenguaje».
Y Antonio Rivero Taravillo, poeta, traductor de Pound y Yeats, y responsable de la biografía de Luis Cernuda en Tusquets, quien estaba a escasos metros del Guadalquivir, uno de los ríos que menciona Joyce en el «Finnegans Wake», cuando se le pregunta sobre este tema, afirma que es «la asignatura pendiente de nuestra lengua. El español debe enfrentarse a esta obra». Él mismo explica que más que un traductor hay que ser un escritor para atreverse con este libro: «Hay que ser algo poeta. Haber escrito y echado muchas peonadas en la producción de textos. Más que traducir, se necesita tener el impulso matriz de la creación. Eso permitirá recrear el efecto de la obra».
Juan Díaz Victoria participa en el debate aportando su propia experiencia: «Lo más difícil es la investigación. El primer reto fue alcanzar la empatía con el autor, lo que conseguí a través de una aproximación muy crítica a su prosa, principalmente por el “Ulises”.¿Cuáles son los recursos que emplea? ¿Cómo los utiliza? ¿Cuál es su sintaxis? ¿Cómo usa la puntuación? Solventado lo anterior, el caso era no pasar por encima de las palabras, o atribuirles erratas, sino considerar que cada variación tiene un significado».
Dificultades
Esther Tusquets, quien reconoce que no ha sido el texto que más le ha emocionado ni el que prefiere de Joyce, no duda cuando se le pregunta por esta obra, y responde con ironía: «¿Por qué hacerlo? Se traducen otras cosas que son tan malas...».
¿Pero cuáles son los problemas que plantea la obra? «Sólo el 10 o el 15 por ciento de las palabras están en inglés. El resto las va mezclando unas con otras hasta alcanzar unas palabras que sugieren otras dos o tres a la vez», dice Taravillo, quien afirma que la única persona que ha hecho este experimento lingüístico y literario en España es Julián Ríos con «Larva». Eduardo Lago, que menciona en esta misma estela «Trilce», de César Vallejo, comenta que «Joyce manipula el lenguaje, crea palabras nuevas, como hizo Valle-Inclán, usa una multitud de idiomas que mezcla, como el léxico».
Victoria refleja la complejidad de esta novela cuando explica el significado de la obra: «Es un homenaje a una canción de taberna irlandesa, “Finnegan’s Wake”, acerca de un personaje llamado Tim Finnegan; pero también implica la pluralidad (no uno, sino varios Finnegans); el mito (Finn MacCool, el gigante que duerme a un costado de Dublín y que algún día despertará), el retorno (Fin again, otra vez), la resurrección (Wake, despertar), la muerte (Wake, velorio) y el río de la vida (Wake,estela)».

¿Su libro preferido?
Dicen que era el libro preferido de Joyce. O, al menos, por el que más sufrió al escuchar las críticas. Para Juan Díaz quería «reescribir la literatura universal. Dominaba, y se nota en su trabajo, el inglés, el gaélico, el francés, el alemán y el italiano; así como el slang irlandés y británico, con lo que construye oraciones o variaciones más complejas. Con el resto de idiomas, sólo hace juegos más simples, complicándolos con referencias cultas o populares».
Para Taravillo, traducirlo es «poner sobre la mesa todos los recursos y palabras del español y que echen a volar. Va más allá de la traducción». El argumento del libro se desarrolla dentro de lo inconsciente, en el campo de los sueños, lo que le permite llevar al máximo el inglés.

martes, 22 de junio de 2010

Retoma Vila-Matas mi traducción en El País


En su artículo “El último Joyce”, publicado el 14 de noviembre del año pasado en el suplemento Babelia del periódico El País, Enrique Vila-Matas retoma una versión preliminar de mi traducción del primer párrafo de FW, que aparece en Wikipedia, para tejer una disertación sobre el insomnio del escritor. Cito la referencia:
Sin más dilación, recomienzo, releo el primer párrafo del Finnegans profético y encuentro ahí mi augurio para esta noche:
"Correrrío, pasada Eve and Adam, desde el viraje de la ribera hasta el recodo de la bahía, nos trae por un vicio comodicio de recirculación de vuelta al Howth Castle y Enrededores".
En cursiva quedan las palabras que no existieron nunca hasta que no abrí este libro por primera vez y leí su primer párrafo. Desde entonces han pasado tantos años que incluso tiempo hubo para un gran correrrío muy comodicio por los Enrededores. De hecho, he acomodado comodiciamente mi mente, estos dos últimos años, por los alrededores del Liffey. Y es que la ciudad de Dublín, que nunca pensé que podría siquiera algún día llegar a ver, he terminado por visitarla cuatro veces en el último año. Han sido cuatro correrríos siempre cerca del río Liffey, cuatro riocorridos, como los llama el mexicano Salvador Elizondo en su traducción joyceana.
El riocorrido o correrrío -el riverrun para la mayoría de lectores de Joyce y una clara referencia al curso del río Liffey a través de Dublín- es antesala de la referencia a Giambattista Vico (vicio comodicio), quien concibió la evolución histórica como un viaje circular, exactamente lo que es el Finnegans, cuyo inicio -ahí está vicio (por Vico) operando como señal o advertencia- se halla enlazado con el final de la novela.
Mi lectura oracular de este fragmento dice sencillamente que me espera para esta noche -que es metáfora de toda mi vida- un riverrun de insomnio, un trayecto que irá desde el viraje de la ribera hasta el recodo de la bahía, en travesía semejante a la de aquel viaje iniciático que hice en mi primera visita a Dublín, cuando fui de Pearse Station hasta el pueblo de Howth donde, desde lo alto de su castillo, vi el territorio en ruinas por el que se extendían los Enrededores de este libro excéntrico y diferente, que habría podido acabar con la literatura. Después de todo, tras el terremoto que desató en el lenguaje, los más lúcidos sucesores de Joyce nos parecen hoy sobrevivientes caminando entre los cascotes, bajo un cielo insondable sin estrellas, deteniéndose ante las pocas hogueras -y aún gracias- que arden.
En comunicación electrónica más reciente con él —cuando yo aún desconocía el texto anterior, y don Enrique, al autor de la traducción—, Vila-Matas saluda así este trabajo:
Envidio la aventura en la que anda usted metido. Me parece admirable su fe en la posibilidad de la traducción. Ojalá pueda seguir adelante.
Pongo a su disposición mi web por si se le ocurre que puede ahí publicar algo: www.enriquevilamatas.com
Reciba un abrazo fuerte
Enrique Vila-Matas
El 5 de junio pasado, en la edición electrónica de la misma publicación española, Eduardo Lago también alude al pasaje inicial de FW, de acuerdo a mi versión:
Enrique Vila-Matas ha vuelto repetidas veces a Dublín, y después de haber hurgado en el corazón de la ciudad ha comprendido el sentido de retrasar la entrada en la urbe. Como refleja a la perfección la primera página de Finnegans Wake, parte de la grandeza y el misterio asociados con el lugar está en los enrededores (conforme al neologismo joyciano)
En la nueva versión de este fragmento, desapareció el vicio comodicio y se conservan el correrrío y los enrededores; aunque lo último no sería traducción de un neologismo joyceano, ya que en el original se lee Environs, Alrededores.
La versión final del primer párrafo de FW quedó así:
correrrío, pasados Eva y Adán, desde viraje de ribera hasta recodo de bahía, nos trae por un comodio vicio cívico de recirculación devuelt’a Howth Castel y Enrededores.
Actualmente, existe una liga permanente a este blog en el margen derecho de la sección “Eventos” de la página personal de Enrique Vila-Matas.
Otros comentarios acerca de la obra:
Sí, lo he seguido con el mayor interés y admiración. Pienso que hay que explorar las nuevas editoriales. En las condiciones actuales es indispensable buscar un subsidio o varios. Ojalá no fuera sólo para la publicación sino para que usted pudiera continuar su labor que muchos le agradeceremos de verdad. Reciba un abrazo de su amigo,
José Emilio Pacheco (poeta, traductor y narrador)
Premio Cervantes de Literatura 2009
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Muchas gracias por la confianza que depositas en mí. El trabajo me parece muy interesante. Cuando trabajaba en Biblioteca de México publicamos el episodio de Anna Livia Plurabelle en versión de Silva Santiesteban. Te lo cuento porque es un tema que me apasiona. Un abrazo,
Juan Villoro (narrador y ensayista)
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Me alegro que usted se haya embarcado en viaje tan apasionante como peligroso. Estoy impresionado con su laborioso trabajo de traducción. Un saludo cordial,
Ricardo Silva-Santisteban (escritor y traductor de Joyce)
Miembro de la Academia de la Lengua del Perú
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Debo confesarle mi asombro por lo que se ha propuesto usted hacer. Pensé que mi obsesión por traducir, con rimas e idéntica métrica, el "Zone" de Apollinaire era lo más absurdo que alguien se había propuesto, pero veo que no es así. Un saludo cordial,
Guillermo Sheridan (columnista de Letras Libres y traductor)
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Realmente te has abocado a una tarea muy ardua y seguramente muy interesante. Leí con atención tu traducción. En realidad yo siempre lo creí intraducible, (Salvador) Elizondo me contó que hizo de lado la traducción por imposible. Espero que sigas con entusiasmo manos a la obra, yo te mando un cariñoso abrazo,
Aline Pettersson (poeta y narradora)
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Tu trabajo me parece deslumbrante y apantallante a más no poder. Te felicito por el encono y la pasión que has puesto en ello. Te mando un fuerte abrazo y festejo que nos hayamos reencontrado. Cordialmente,
Gustavo Sainz (narrador y catedrático en EU)

lunes, 25 de enero de 2010

Una introducción a dos fragmentos anotados




It is all consecutive and interrelated.
Joyce

Finnegans Wake: 1939-2010. Más de setenta años después de su publicación, tras una pésima acogida inaugural prolongada por la crítica contemporánea, casi siempre confundida y pocas veces entusiasta, pero en ambos casos sin mayores argumentos que la incomprensión y el desprecio al culteranismo trasnochado del genio soberbio; o bien, la reverencia por un autor que garantiza tras haber conquistado la posterioridad con su irreprochable “Ulises”, que el siglo XX aprendió a leer e imitar hasta la saciedad. En este panorama se yergue la figura rechoncha y jorobada de un cantinero de ascendencia nórdica, ya canoso, tartamudo por la culpa y algo sordo; casado con una voluptuosa, codiciosa e irritable mujer (también madura) que todavía lo complace en la cama, aunque deba compartirla con su Sirviente, el recuerdo de un sacerdote seductor o seducido en la juventud y muchos otros amantes, reales o imaginarios. Dos vástagos gemelos y una joven virginal cierran el círculo del drama familiar, eternamente repetido, del género humano sobre la Tierra de Irlanda, que vale para cualquier otro escenario del pasado y del presente.

Es la noche del sueño ebrio. La lengua se desborda y queda el discurso simultáneo del inconsciente, que no reconoce las fronteras del significado unívoco y la sintaxis tradicional. Todo encarna y es su opuesto. Una misma frase afirma, niega y se prolonga en múltiples sentidos. Nada queda fuera. Los sueños están hechos de todas las palabras. Su idioma es universal. No olvidemos que la composición final de la novela fue a ciegas, es decir, Joyce corrigió y accedió a la versión definitiva de su obra impresa solo a través de la imaginación. La visión terrenal se le había nublado, pero los signos aún giraban límpidos en su mente.

De esta manera, abordar Finnegans Wake es una extenuante aventura del lenguaje, la imaginación y el conocimiento. El simple hecho de confrontar una obra que ha sido unánimemente reconocida (y concebida) como la más exigente de la historia literaria del siglo XX requiere un estado de ánimo dispuesto lo mismo al hallazgo que al hartazgo. Debo reconocer que mi ensayo de traducción, que ya abarca los primeros dos capítulos completos, cubre apenas el arranque de esta epopeya moderna («una historia del mundo», según Joyce); sin embargo, me ha mantenido un par de años en estado de obsesiva concentración, durante los cuales —curiosamente— se me develaban importantes claves en el umbral del sueño. Es sabido que la novela muestra una estructura onírica, donde los personajes, los escenarios, los idiomas extranjeros y el lenguaje nativo se ven sometidos a una condición de deriva casi involuntaria, contenida o encauzada (¿traducida?) por el genial penman Shem J. Mientras redacto estas líneas me asalta la misma duda con respecto a mis propias palabras, como en cada uno de los párrafos que al verlos transcritos en su versión final se me revelaban con nuevas incógnitas; no obstante, el mítico Finn está despertando y habla castellano.

Agradezco a la comunidad mundial interesada en la obra de James Joyce, reconociendo especialmente las aproximaciones al español de Salvador Elizondo, Víctor Pozanco, Luis Chitarroni y C. E. Feiling; Leónidas Lamborghini, Francisco García Tortosa, Ricardo Silva Santisteban y Leandro Fanzone. El primer extracto reproduce la Caída inaugural de todo el género humano representado en Tim Finnegan, uno de los múltiples avatares del protagonista Humphrey Chimpden Earwicker (HCE). El segundo fragmento retrata simultáneamente un recorrido por el Museo Wellington, la batalla de Waterloo, un encuentro sexual y una escena escatológica. Se recomienda cotejar la traducción con el original para acceder al verdadero sentido de la obra y permitirse algunos lapsos de inconsciencia entre la lucidez implícita en el esfuerzo. Una advertencia: el texto es una trampa, y al cruzar esta línea ya será muy tarde para huir.