Comentarios sobre la novela cumbre de James Joyce & avances de su traducción al español
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sábado, 10 de diciembre de 2022
sábado, 20 de julio de 2019
domingo, 25 de marzo de 2018
Gira de un Joyce Mexicano por Europa
Hace dos años, en octubre de 2016, a través de Fondeadora fue posible impulsar el exitoso proyecto Edición Príncipe de “Finnegans Wake” en Español, la primera traducción anotada en nuestra lengua de la novela emblemática del último James Joyce, considerada “ilegible” por la comunidad literaria hasta ese momento. Ahora que esta Obra en Marcha ha sido celebrada como una revelación insoslayable en el ámbito de los estudios joyceanos a escala mundial, surge la oportunidad de participar en sendos eventos de la mayor envergadura a realizarse en el continente europeo este año: los XXIX Encuentros de la Asociación Española James Joyce, “Joyce’s Heirs: Joyce’s Imprint on Recent Global Literatures”, con sede en Bilbao (España) los días 5-6 de abril, y el XXVI International James Joyce Symposium “The Art of James Joyce”, convocado por la International James Joyce Foundation en la Universidad de Amberes (Bélgica), del 11 al 16 de junio. Solventar los gastos esenciales para intervenir dignamente como ponente en estas citas académicas de enorme repercusión en el ámbito de las letras universales, como representante independiente de México sin respaldo de ninguna institución educativa o cultural, es el objetivo de esta recaudación en donadora.mx n_n
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Evento en Bilbao, España |
Wailcome, joycean sailords & mermaidens!, o en castellano: Bienvevidos & biengemidas, navriagantes y sirembras del joycéano. I have been scheduled to participate in the International James Joyce Symposium this year in Antwerp (June 11-16), with a special mention scholarship, but I would need US$2000 to travel from Mexico to Belgium. This is my crowdfunding campaign. I hope you are interested in donating to support my Work in Progress on FW...
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Bloomsday in Belgium! |
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sábado, 1 de julio de 2017
Joyce en Playboy
En su columna Libros al Desnudo, El escritor zamorano Jaime Garba publica ¿Libros imposibles?, versión ampliada del texto con el que participó en la presentación de "Estela de Finnegan, una lectura anotada del primer capítulo de Finnegans Wake de James Joyce" que se realizó a mediados de junio, en el Centro Regional de las Artes de Michoacán (CRAM), para conmemorar el Bloomsday 2017.
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lunes, 20 de marzo de 2017
Alpinismo literario
Lectura de Alberto M. Sánchez en la Primera Feria del Libro de
Humanidades del Colegio de Morelos, para la presentación de “Estela de
Finnegan”.
La literatura, como el alpinismo, también puede ser un reto locuaz, sorprendente, caprichoso y de esfuerzo sobrehumano. Un placer inexplicable. Conquistar el Everest, alcanzar los picos más elevados de la cordillera del Himalaya, es, a la vez, una satisfacción enorme y un sufrimiento devastador. Así mismo, existen novelas o poemas que ponen nuestra voluntad a prueba y que, sin embargo, nos deleitan; no sólo al conquistarlos, sino también durante el acto de leerlos o ascenderlos.
Finnegans Wake (FW), el libro que Juan Díaz Victoria (J.D. Victoria) se propuso traducir, es, quizás, el Everest, la montaña más alta del mundo, de la literatura universal. Es una montaña elevada y escarpada para quien se propone a leerla. Es considerada una obra experimental y la de más difícil comprensión en inglés. Por lo que traducirla a otro idioma, en nuestro caso al español, es un reto que no quisieron afrontar grandes traductores o alpinistas literarios como Jorge Luis Borges o Guillermo Cabrera Infante. Pero, esto no ha desanimado a J.D. Victoria para ascender el Finnegan, para seguir su estela y lograr hacer que hable castellano.
J.D. Victoria, en la nota introductoria a su traducción del primer capítulo de esta obra titánica, cita comentarios de aquellos dos famosos escritores latinoamericanos respecto a FW y a su traducción:
"Parece que hay que leerla simultáneamente, todo al mismo tiempo. Cómo se hace eso no se explica. Tal vez Dios pueda hacerlo", dijo Borges de ese libro.
"Para mí es un callejón sin salida, aun como lectura, sin tener que imaginar la enormidad de su traducción… se trata del trabajo de un Hércules literario. Ese libro es perfectamente intraducible. No debería de serlo, ya que en principio no existe la literatura intraducible, solamente existe una pérdida de valor en la traducción", mencionó el cubano Cabrera Infante, quien tradujo el libro de cuentos Dublineses, del mismo autor de FW.
Y José María Valverde, traductor al español de otro complejo libro de James Joyce, el Ulises, mencionó que "no existe ni puede existir una traducción de Finnegans Wake a ninguna lengua -¡ni aun al inglés!- (...) La mayoría de sus admiradores, previos y posteriores, tendemos a ver en él un inmenso error".
Para colmo, Joyce no fue un atinado promotor o publicista de su última obra: decía que escribía libros para la posteridad, que serían estudiados durante doscientos años si se deseaba desentrañar su quintaesencia.
Pues si la críptica FW fue publicada en 1939, a la fecha van sólo 78 años de ser estudiada. Faltan, si hacemos caso a su autor, 122 años de estudios para develar sus misterios.
Pero, como mencionaba antes, J.D. Victoria no se agachó ni atemorizó ante los comentarios y obstáculos dichos y puestos por eruditos literarios del calibre de Borges, Cabrera Infante, Valverde o el mismo Joyce: él ya ha comenzado el ascenso de uno de los picos más altos de la literatura contemporánea; ya dio el primer paso: la hercúlea traducción del primer capítulo. El reto sigue. Falta mucha montaña por trepar. Se encontrará, seguramente, con avalanchas en el camino, que es lo que más temen los alpinistas; y, para evitar una arrollada mortal, tendrá que regresar, para volverlo a intentar.
Es que FW no es novela, ni poesía, ni ensayo ni… Es todo eso y más. Es sui generis.
De hecho, en su texto introductorio a su traducción, J.D. Victoria también cuenta una anécdota cómica de Joyce cuando le preguntaron que si FW era un libro largo; a lo que su autor respondió, con humor británico, que eso le recordaba la historia del irlandés borracho que dijo que no le preocupa lo largo del camino sino la anchura.
En efecto, todo quiere caber en este libro ancho, que, es, ante todo, cómico, lleno de sentido de humor. A partir de una anécdota local se va a un motivo universal, se toma el trayecto de la humanidad entera. Una canción popular irlandesa del siglo XIX, llamada también Finnegan’s Wake, es el pretexto que Joyce toma para escribir este librote. Multiplica esa canción, la amplía, la tergiversa, la deforma, la fragmenta; hace un desmadre desmedido y medido; va de lo diáfano a lo sibilino, de la claridad a la oscuridad. No obstante, se dice que "es el mismo cuento contado de todos".
Una historia tan sencilla como la de un albañil irlandés borracho, llamado Tim Finnegan, que se cae de la escalera mientras construye un muro, y que en su caída se escucha un trueno muy fuerte, e ipso facto, Finnegan muere, con el pene en alto ("tiene la bandera en alto"), y resucita; es también una historia compleja del mundo entero, con un protagonista borracho, culto y lascivo; "incestuoso como insecto", tradujo J.D. Victoria.
J.D. Victoria hace de este libro una traducción recreativa antes que transcrita. Se inventa su propio FW, sin nunca perderle el respeto, como debe hacerse con la montaña o con el mar, para no morir en el intento. La lee y traduce como lector entusiasta, no como académico, lo que se agradece. Las notas al pie, que en general ocupan más página que el texto, son guías que nos ayudan a seguir con esta compleja lectura; son los sherpas que nos indican el camino de la imponente montaña.
Pero, ¿qué se le subió hasta la cola a Joyce para escribir esto? Y, ¿a J.D. Victoria para traducirlo? Ambos, la escritura de este libro y su traducción, son trabajos inspirados a riesgo de perder la razón; pero, creo, ellos confiaron en lo que les dictó su corazón.
Lleno de ocultas alusiones sexuales, de frases de doble sentido; de albur a lo irlandés, si lo hay. De constantes juegos y relaciones de palabras que amplían sus significados originales, resucitándolas; por ejemplo, en FW la cerveza Guinness también puede ser el Génesis bíblico.
Éste es un libro culto y escatológico al mismo tiempo, en el que constantemente se mencionan tanto grandes acontecimientos históricos y artísticos como los pedos, la masturbación o la fornicación. Todo cabe en este mundo. Y en FW.
Ahora, también me pregunto: ¿habrá sido Joyce influenciado por el surrealismo para escribir la onírica FW, ya que esta obra es también como un sueño o una alucinación sin fin?
Como sabemos, el surrealismo es un movimiento artístico y literario surgido en Francia en la década de 1920 que, rompiendo las reglas preestablecidas, utilizaba la libre expresión para adentrarse en el inconsciente y explorar sueños y fantasías. Y, al mismo tiempo en que Joyce vivió en París, este movimiento estaba en auge. De hecho, FW fue escrita durante un periodo de 16 años y publicada en 1939, dos años antes de la muerte de su autor. La comenzó a escribir en 1923. Fue su último trabajo, que, voluntaria o involuntariamente, parece que utilizó algunas bases del surrealismo.
Para traducir este libro, además de alma de alpinista, hay que tenerla de poeta. Y J.D. Victoria es un poeta. Y desde su creativa traducción, con mapas y señas, nos ayuda a seguir la oscura y, a la vez, deslumbrante estela de Finnegan; de cómo se ha construido y deconstruido este libro. De cómo esta cíclica obra muere y resucita, y muere y resucita… igual que el ciclo de la vida y de la historia de la humanidad.
Insisto: ¿por qué J. D. Victoria agarró de la estantería uno de los libros más difíciles, más complejos que existen? Déjate que para leerlo, sino que, además, para traducirlo al español. A pesar de mi símil del alpinismo con la literatura, es un error ver a la literatura como una montaña imposible. Este libro, como la poesía, sirve para entender el mundo. No sólo para disfrutar, sino también para comprender lo que nos pasa adentro y afuera de nosotros. Una manera de leerlo, quizá sea dejándose ir, como lo haría un surrealista al escribir: soltar la pluma sin pensar nada. Mejor sentir y, luego, comprender.
¿Es complicado y exhibicionista FW? No lo es, no lo creo, "porque todo puede contarse y todo puede entenderse, cuando se es intelectualmente honesto; pero nada se puede simplificar. Y divulgar no es sino comunicar, transmitir, nada más", escribió el literato italiano Roberto Cotroneo al referirse a obras literarias supuestamente difíciles.
Y eso hacen Joyce al escribir FW, y J. D. Victoria al traducirlo: comunican y transmiten, sin imponer pasiones, sin hacer catecismo que deben seguir los demás. Así, conservan la magia que podrá ser inútil o superflua; pero no por eso debemos dejar de hacer lo que amamos y soñamos, porque son parte de nosotros y no podemos, en el fondo, prescindir de eso.
J. D. Victoria se propuso traducir un libro intraducible; está cumpliendo un sueño, y, al hacerlo, altera, para bien del mundo y de nosotros, el orden del universo. Atreverse a hacerlo es un gesto que mueve montañas.
La literatura, como el alpinismo, también puede ser un reto locuaz, sorprendente, caprichoso y de esfuerzo sobrehumano. Un placer inexplicable. Conquistar el Everest, alcanzar los picos más elevados de la cordillera del Himalaya, es, a la vez, una satisfacción enorme y un sufrimiento devastador. Así mismo, existen novelas o poemas que ponen nuestra voluntad a prueba y que, sin embargo, nos deleitan; no sólo al conquistarlos, sino también durante el acto de leerlos o ascenderlos.
Finnegans Wake (FW), el libro que Juan Díaz Victoria (J.D. Victoria) se propuso traducir, es, quizás, el Everest, la montaña más alta del mundo, de la literatura universal. Es una montaña elevada y escarpada para quien se propone a leerla. Es considerada una obra experimental y la de más difícil comprensión en inglés. Por lo que traducirla a otro idioma, en nuestro caso al español, es un reto que no quisieron afrontar grandes traductores o alpinistas literarios como Jorge Luis Borges o Guillermo Cabrera Infante. Pero, esto no ha desanimado a J.D. Victoria para ascender el Finnegan, para seguir su estela y lograr hacer que hable castellano.
J.D. Victoria, en la nota introductoria a su traducción del primer capítulo de esta obra titánica, cita comentarios de aquellos dos famosos escritores latinoamericanos respecto a FW y a su traducción:
"Parece que hay que leerla simultáneamente, todo al mismo tiempo. Cómo se hace eso no se explica. Tal vez Dios pueda hacerlo", dijo Borges de ese libro.
"Para mí es un callejón sin salida, aun como lectura, sin tener que imaginar la enormidad de su traducción… se trata del trabajo de un Hércules literario. Ese libro es perfectamente intraducible. No debería de serlo, ya que en principio no existe la literatura intraducible, solamente existe una pérdida de valor en la traducción", mencionó el cubano Cabrera Infante, quien tradujo el libro de cuentos Dublineses, del mismo autor de FW.
Y José María Valverde, traductor al español de otro complejo libro de James Joyce, el Ulises, mencionó que "no existe ni puede existir una traducción de Finnegans Wake a ninguna lengua -¡ni aun al inglés!- (...) La mayoría de sus admiradores, previos y posteriores, tendemos a ver en él un inmenso error".
Para colmo, Joyce no fue un atinado promotor o publicista de su última obra: decía que escribía libros para la posteridad, que serían estudiados durante doscientos años si se deseaba desentrañar su quintaesencia.
Pues si la críptica FW fue publicada en 1939, a la fecha van sólo 78 años de ser estudiada. Faltan, si hacemos caso a su autor, 122 años de estudios para develar sus misterios.
Pero, como mencionaba antes, J.D. Victoria no se agachó ni atemorizó ante los comentarios y obstáculos dichos y puestos por eruditos literarios del calibre de Borges, Cabrera Infante, Valverde o el mismo Joyce: él ya ha comenzado el ascenso de uno de los picos más altos de la literatura contemporánea; ya dio el primer paso: la hercúlea traducción del primer capítulo. El reto sigue. Falta mucha montaña por trepar. Se encontrará, seguramente, con avalanchas en el camino, que es lo que más temen los alpinistas; y, para evitar una arrollada mortal, tendrá que regresar, para volverlo a intentar.
Es que FW no es novela, ni poesía, ni ensayo ni… Es todo eso y más. Es sui generis.
De hecho, en su texto introductorio a su traducción, J.D. Victoria también cuenta una anécdota cómica de Joyce cuando le preguntaron que si FW era un libro largo; a lo que su autor respondió, con humor británico, que eso le recordaba la historia del irlandés borracho que dijo que no le preocupa lo largo del camino sino la anchura.
En efecto, todo quiere caber en este libro ancho, que, es, ante todo, cómico, lleno de sentido de humor. A partir de una anécdota local se va a un motivo universal, se toma el trayecto de la humanidad entera. Una canción popular irlandesa del siglo XIX, llamada también Finnegan’s Wake, es el pretexto que Joyce toma para escribir este librote. Multiplica esa canción, la amplía, la tergiversa, la deforma, la fragmenta; hace un desmadre desmedido y medido; va de lo diáfano a lo sibilino, de la claridad a la oscuridad. No obstante, se dice que "es el mismo cuento contado de todos".
Una historia tan sencilla como la de un albañil irlandés borracho, llamado Tim Finnegan, que se cae de la escalera mientras construye un muro, y que en su caída se escucha un trueno muy fuerte, e ipso facto, Finnegan muere, con el pene en alto ("tiene la bandera en alto"), y resucita; es también una historia compleja del mundo entero, con un protagonista borracho, culto y lascivo; "incestuoso como insecto", tradujo J.D. Victoria.
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Celebrada participación de Alberto M. Sánchez. |
J.D. Victoria hace de este libro una traducción recreativa antes que transcrita. Se inventa su propio FW, sin nunca perderle el respeto, como debe hacerse con la montaña o con el mar, para no morir en el intento. La lee y traduce como lector entusiasta, no como académico, lo que se agradece. Las notas al pie, que en general ocupan más página que el texto, son guías que nos ayudan a seguir con esta compleja lectura; son los sherpas que nos indican el camino de la imponente montaña.
Pero, ¿qué se le subió hasta la cola a Joyce para escribir esto? Y, ¿a J.D. Victoria para traducirlo? Ambos, la escritura de este libro y su traducción, son trabajos inspirados a riesgo de perder la razón; pero, creo, ellos confiaron en lo que les dictó su corazón.
Lleno de ocultas alusiones sexuales, de frases de doble sentido; de albur a lo irlandés, si lo hay. De constantes juegos y relaciones de palabras que amplían sus significados originales, resucitándolas; por ejemplo, en FW la cerveza Guinness también puede ser el Génesis bíblico.
Éste es un libro culto y escatológico al mismo tiempo, en el que constantemente se mencionan tanto grandes acontecimientos históricos y artísticos como los pedos, la masturbación o la fornicación. Todo cabe en este mundo. Y en FW.
Ahora, también me pregunto: ¿habrá sido Joyce influenciado por el surrealismo para escribir la onírica FW, ya que esta obra es también como un sueño o una alucinación sin fin?
Como sabemos, el surrealismo es un movimiento artístico y literario surgido en Francia en la década de 1920 que, rompiendo las reglas preestablecidas, utilizaba la libre expresión para adentrarse en el inconsciente y explorar sueños y fantasías. Y, al mismo tiempo en que Joyce vivió en París, este movimiento estaba en auge. De hecho, FW fue escrita durante un periodo de 16 años y publicada en 1939, dos años antes de la muerte de su autor. La comenzó a escribir en 1923. Fue su último trabajo, que, voluntaria o involuntariamente, parece que utilizó algunas bases del surrealismo.
Para traducir este libro, además de alma de alpinista, hay que tenerla de poeta. Y J.D. Victoria es un poeta. Y desde su creativa traducción, con mapas y señas, nos ayuda a seguir la oscura y, a la vez, deslumbrante estela de Finnegan; de cómo se ha construido y deconstruido este libro. De cómo esta cíclica obra muere y resucita, y muere y resucita… igual que el ciclo de la vida y de la historia de la humanidad.
Insisto: ¿por qué J. D. Victoria agarró de la estantería uno de los libros más difíciles, más complejos que existen? Déjate que para leerlo, sino que, además, para traducirlo al español. A pesar de mi símil del alpinismo con la literatura, es un error ver a la literatura como una montaña imposible. Este libro, como la poesía, sirve para entender el mundo. No sólo para disfrutar, sino también para comprender lo que nos pasa adentro y afuera de nosotros. Una manera de leerlo, quizá sea dejándose ir, como lo haría un surrealista al escribir: soltar la pluma sin pensar nada. Mejor sentir y, luego, comprender.
¿Es complicado y exhibicionista FW? No lo es, no lo creo, "porque todo puede contarse y todo puede entenderse, cuando se es intelectualmente honesto; pero nada se puede simplificar. Y divulgar no es sino comunicar, transmitir, nada más", escribió el literato italiano Roberto Cotroneo al referirse a obras literarias supuestamente difíciles.
Y eso hacen Joyce al escribir FW, y J. D. Victoria al traducirlo: comunican y transmiten, sin imponer pasiones, sin hacer catecismo que deben seguir los demás. Así, conservan la magia que podrá ser inútil o superflua; pero no por eso debemos dejar de hacer lo que amamos y soñamos, porque son parte de nosotros y no podemos, en el fondo, prescindir de eso.
J. D. Victoria se propuso traducir un libro intraducible; está cumpliendo un sueño, y, al hacerlo, altera, para bien del mundo y de nosotros, el orden del universo. Atreverse a hacerlo es un gesto que mueve montañas.
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jueves, 9 de marzo de 2017
viernes, 2 de diciembre de 2016
Panorama: una aproximación joyceana
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De venta online para todo el mundo. |
Cuando Felipe Ponce, visionario editor de “Panorama”, me invitó a realizar esta reseña, anticipó que la obra tenía “correspondencias joyceanas”. Y de inmediato mordí el anzuelo.
Con ello en mente, lo primero que me llamó la atención fue el empleo de la palabra crucial con una dicción que no corresponde al vocabulario esloveno, lengua materna de su autor, Dušan Šarotar, quien se ostenta como escritor, poeta, guionista y fotógrafo; de todo lo cual ha echado mano para emprender la novela que ahora celebramos.
Así pues, quedé atónito ante la voz del título, “Panorama”, de raíces griegas, pero que deriva del inglés para nosotros, según la RAE; y asimismo se contagia con idéntica grafía al portugués, el catalán, el gallego, el francés, el italiano y sus dialectos; aunque también es asequible para usos vinculados al arte de la imagen en holandés, alemán, polaco, sueco; y con leves variaciones, en húngaro, checo, esloveno, eslovaco y esperanto.
De esta manera destacaba ante mis ojos, avezados durante diez años en desentrañar el río políglota del “Finnegans Wake”, una propuesta en la que confluían diversas lenguas emanadas de una misma fuente nutricia, avalando el postulado joyceano de que todo en la historia del hombre es consecutivo y está interrelacionado.
Para mayor confirmación de mis asertos, y de la promesa persuasiva que me hiciera su editor, “Panorama” es una obra que aborda de manera primordial la aflicción sosegada del migrante, en la que, apelando al símil con Joyce, se paga de manera simbólica el exilio continental del vate gaélico con la visita de este narrador anónimo a una Irlanda de turbadora belleza; descrita con esmerado detalle para retratar de manera simultánea el paisaje interior de su protagonista y de los personajes aledaños, también extranjeros, que exponen su propias cuitas con el mismo tono de introspección y de añoranza.
Como muestra, evoco las palabras del yo narrativo, escritor forastero de mediana edad, que se confiesa ante la página: “Me encontraba aquí, en medio de estas tierras aparentemente desoladas, con la amenaza de un inminente naufragio a mis espaldas cuando estaba por decidirse la vida o la muerte de un emigrante albano y por tanto el destino de todos nosotros, los que estábamos en ese momento en lugares desconocidos, en sitios sin nombre ni memoria, y estábamos librados sólo a intercesiones mudas, a la misericordia del cielo y el tiempo, a la eterna repetición de los nombres de nuestros seres queridos, nuestros amados hijos y nuestra esposa”.
En otro momento, como perfecta réplica, interviene Gjini, el albano aludido, comparsa y virgilio del protagonista: “Es que estamos hechos de una materia como la tierra o la isla y por encima de eso, de la nostalgia… y eso los irlandeses lo conocen bien”.
¿Y quién no conoce la nostalgia en un espacio de entrecruzamientos como esta FIL Guadalajara 2016?, encuentro de extranjerías al amparo de una lengua común, el castellano, que en textos nativos o a través de traducciones, nos permite ahondar en las congojas compartidas con el otro, siempre hermano y, por lo mismo, semejante. Esto que, si cabe mencionarlo, algunos no han querido ver, aquí o allá, en América y Europa, Asia y África; en plena actualidad como hace cinco mil años.
Así pues, el “Panorama” que propone Šarotar es el itinerario de un atento viajero por los planos empalmados del territorio y el recuerdo, porque el espacio y el tiempo ocupan una misma dimensión en su prosa poética, evocando las pautas de otros grandes creadores europeos, contemporáneos nuestros, como lo son Ove Knausgard y Sebald, con pulsiones y recursos afines; tal es el caso de la fotografía como disparador y testimonio, evidencia y contexto de las tramas paralelas que urde el destino a estos testigos privilegiados por el don de la escritura, y citando a nuestro autor, “quién es el único que puede apagarle la luz a quien anda errante en las olas heladas, quién puede dar a luz la palabra y entregársela al escritor que la recibe agradecido y en paz, en silencio, en recogimiento, le da forma al pensamiento y la belleza para todos nosotros, pensé, (y) prometí que iba a escribir todo esto, así y no de otra manera, como si hubiera debido ocurrir no por mi voluntad o por la nuestra, si es que esta noche me mantenía a salvo”.
Autoficción, o aflicción, en la que el yo narrador apenas busca “atrapar algo de esta belleza que me es dado ver en mi tiempo, atraparla en letras, palabras, oraciones, capítulos, retenerlas en el lugar. Como también a mí, pensé, algo me trajo de la memoria y me retuvo en esta vida”.
Y en un pasaje particularmente entrañable en el momento actual, de resistencia en la región para las culturas latinas del hemisferio y para el idioma castellano con acentos diversos, que ahora confronta el cada día más distante vecino del norte, y cuando la Feria Internacional del Libro se ha consagrado precisamente a este legado nuestro en común, quiero evocar una plegaria al idioma del migrante que Dušan Šarotar nos obsequia en esta novela, y cito:
“Cuando estás lejos de tu lengua, estás también lejos de casa, cada día más, con cada nueva palabra se ensancha y profundiza la brecha, la palabra perdida queda sitiada, en apariencia reemplazada por otra, más convincente, mejor, otra que todos entienden, pero que es extranjera”.
Y es que debemos recordar, más que nunca, que América Latina y los Estados Unidos formamos parte del mismo “Panorama”.
Con ello en mente, lo primero que me llamó la atención fue el empleo de la palabra crucial con una dicción que no corresponde al vocabulario esloveno, lengua materna de su autor, Dušan Šarotar, quien se ostenta como escritor, poeta, guionista y fotógrafo; de todo lo cual ha echado mano para emprender la novela que ahora celebramos.
Así pues, quedé atónito ante la voz del título, “Panorama”, de raíces griegas, pero que deriva del inglés para nosotros, según la RAE; y asimismo se contagia con idéntica grafía al portugués, el catalán, el gallego, el francés, el italiano y sus dialectos; aunque también es asequible para usos vinculados al arte de la imagen en holandés, alemán, polaco, sueco; y con leves variaciones, en húngaro, checo, esloveno, eslovaco y esperanto.
De esta manera destacaba ante mis ojos, avezados durante diez años en desentrañar el río políglota del “Finnegans Wake”, una propuesta en la que confluían diversas lenguas emanadas de una misma fuente nutricia, avalando el postulado joyceano de que todo en la historia del hombre es consecutivo y está interrelacionado.
Para mayor confirmación de mis asertos, y de la promesa persuasiva que me hiciera su editor, “Panorama” es una obra que aborda de manera primordial la aflicción sosegada del migrante, en la que, apelando al símil con Joyce, se paga de manera simbólica el exilio continental del vate gaélico con la visita de este narrador anónimo a una Irlanda de turbadora belleza; descrita con esmerado detalle para retratar de manera simultánea el paisaje interior de su protagonista y de los personajes aledaños, también extranjeros, que exponen su propias cuitas con el mismo tono de introspección y de añoranza.
Como muestra, evoco las palabras del yo narrativo, escritor forastero de mediana edad, que se confiesa ante la página: “Me encontraba aquí, en medio de estas tierras aparentemente desoladas, con la amenaza de un inminente naufragio a mis espaldas cuando estaba por decidirse la vida o la muerte de un emigrante albano y por tanto el destino de todos nosotros, los que estábamos en ese momento en lugares desconocidos, en sitios sin nombre ni memoria, y estábamos librados sólo a intercesiones mudas, a la misericordia del cielo y el tiempo, a la eterna repetición de los nombres de nuestros seres queridos, nuestros amados hijos y nuestra esposa”.
En otro momento, como perfecta réplica, interviene Gjini, el albano aludido, comparsa y virgilio del protagonista: “Es que estamos hechos de una materia como la tierra o la isla y por encima de eso, de la nostalgia… y eso los irlandeses lo conocen bien”.
¿Y quién no conoce la nostalgia en un espacio de entrecruzamientos como esta FIL Guadalajara 2016?, encuentro de extranjerías al amparo de una lengua común, el castellano, que en textos nativos o a través de traducciones, nos permite ahondar en las congojas compartidas con el otro, siempre hermano y, por lo mismo, semejante. Esto que, si cabe mencionarlo, algunos no han querido ver, aquí o allá, en América y Europa, Asia y África; en plena actualidad como hace cinco mil años.
Así pues, el “Panorama” que propone Šarotar es el itinerario de un atento viajero por los planos empalmados del territorio y el recuerdo, porque el espacio y el tiempo ocupan una misma dimensión en su prosa poética, evocando las pautas de otros grandes creadores europeos, contemporáneos nuestros, como lo son Ove Knausgard y Sebald, con pulsiones y recursos afines; tal es el caso de la fotografía como disparador y testimonio, evidencia y contexto de las tramas paralelas que urde el destino a estos testigos privilegiados por el don de la escritura, y citando a nuestro autor, “quién es el único que puede apagarle la luz a quien anda errante en las olas heladas, quién puede dar a luz la palabra y entregársela al escritor que la recibe agradecido y en paz, en silencio, en recogimiento, le da forma al pensamiento y la belleza para todos nosotros, pensé, (y) prometí que iba a escribir todo esto, así y no de otra manera, como si hubiera debido ocurrir no por mi voluntad o por la nuestra, si es que esta noche me mantenía a salvo”.
Autoficción, o aflicción, en la que el yo narrador apenas busca “atrapar algo de esta belleza que me es dado ver en mi tiempo, atraparla en letras, palabras, oraciones, capítulos, retenerlas en el lugar. Como también a mí, pensé, algo me trajo de la memoria y me retuvo en esta vida”.
Y en un pasaje particularmente entrañable en el momento actual, de resistencia en la región para las culturas latinas del hemisferio y para el idioma castellano con acentos diversos, que ahora confronta el cada día más distante vecino del norte, y cuando la Feria Internacional del Libro se ha consagrado precisamente a este legado nuestro en común, quiero evocar una plegaria al idioma del migrante que Dušan Šarotar nos obsequia en esta novela, y cito:
“Cuando estás lejos de tu lengua, estás también lejos de casa, cada día más, con cada nueva palabra se ensancha y profundiza la brecha, la palabra perdida queda sitiada, en apariencia reemplazada por otra, más convincente, mejor, otra que todos entienden, pero que es extranjera”.
Y es que debemos recordar, más que nunca, que América Latina y los Estados Unidos formamos parte del mismo “Panorama”.
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Presentación en la FIL Guadalajara 2016. |
“Yo tampoco nací acá, le dije a Jane mientras conducía despacio. Ya lo sé, dijo ella. Eso enseguida se ve, seguramente, dije. No, dijo ella, no se ve, se oye, enseguida se oye, dijo Gjini que dijo Jane.”
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jueves, 1 de diciembre de 2016
Traducen en México libro "ilegible" de Joyce
Tras más de diez años empleados para traducir (¡al fin!) un avance legible de la novela "Finnegans Wake", original de James Joyce, la editorial tapatía "Arlequín" presenta en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara 2016 la obra "Estela de Finnegan, una lectura anotada del primer capítulo de Finnegans Wake de James Joyce", firmada por Juan Díaz Victoria (JD Victoria), poeta y narrador morelense.
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Con el internacional Fabio Morábito. |
Esta propuesta, prácticamente inédita en cualquier lengua (incluyendo el inglés), puede considerarse un centauro entre la narrativa y el ensayo. Este primer capítulo, por ejemplo, incorpora un millar de notas que evocan alrededor de 7,000 referencias que no están explícitas para el lector común, por tratarse de canciones, alusiones históricas, literarias, mitológicas, bíblicas, coránicas, etcétera; castellanizando todas las variaciones idiomáticas provenientes de alrededor de 60 lenguas, nativas o artificiales, como el francés, alemán, italiano, sueco, danés, noruego, e incluso volapuk.
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Luigi Amara, autor colega en Arlequín. |
Comentarios acerca de la obra:
Envidio la aventura en la que anda usted metido. Me parece admirable su fe en la posibilidad de la traducción. Ojalá pueda seguir adelante. Pongo a su disposición mi web por si se le ocurre que puede ahí publicar algo: www.enriquevilamatas.com. Reciba un abrazo fuerte.
Enrique Vila-Matas (escritor y columnista español)
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Sí, lo he seguido con el mayor interés y admiración. Pienso que hay que explorar las nuevas editoriales. En las condiciones actuales es indispensable buscar un subsidio o varios. Ojalá no fuera sólo para la publicación sino para que usted pudiera continuar su labor que muchos le agradeceremos de verdad. Reciba un abrazo de su amigo,
(+) José Emilio Pacheco (poeta, traductor y narrador), Premio Cervantes de Literatura 2009
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Los lectores que deseen acercarse al texto (Finnegans Wake) pueden encontrar un meritorio esfuerzo de traducción del primer capítulo de la obra, realizada por iniciativa propia por el poeta mexicano J.D. Victoria. En mi opinión, la traducción es buena.
Patricio Pron (escritor argentino), para su blog internacional en El Boomeran(g)
Envidio la aventura en la que anda usted metido. Me parece admirable su fe en la posibilidad de la traducción. Ojalá pueda seguir adelante. Pongo a su disposición mi web por si se le ocurre que puede ahí publicar algo: www.enriquevilamatas.com. Reciba un abrazo fuerte.
Enrique Vila-Matas (escritor y columnista español)
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Sí, lo he seguido con el mayor interés y admiración. Pienso que hay que explorar las nuevas editoriales. En las condiciones actuales es indispensable buscar un subsidio o varios. Ojalá no fuera sólo para la publicación sino para que usted pudiera continuar su labor que muchos le agradeceremos de verdad. Reciba un abrazo de su amigo,
(+) José Emilio Pacheco (poeta, traductor y narrador), Premio Cervantes de Literatura 2009
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Los lectores que deseen acercarse al texto (Finnegans Wake) pueden encontrar un meritorio esfuerzo de traducción del primer capítulo de la obra, realizada por iniciativa propia por el poeta mexicano J.D. Victoria. En mi opinión, la traducción es buena.
Patricio Pron (escritor argentino), para su blog internacional en El Boomeran(g)
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Patricio Pron y su ejemplar recién adquirido. |
viernes, 23 de septiembre de 2016
En Días de Radio UAM 94.1 FM
Escuche todo lo que Usted quería saber (pero temía preguntar) acerca de la versión anotada de "Finnegans Wake" en castellano, disponible a través de crowdfunding en Fondeadora.mx n_n
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jueves, 8 de noviembre de 2012
A 90 años de "Ulises", Coloquio en Perú
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